Archivo mensual: agosto 2011

Nunca creí que mi mujer fuera capaz de matar

El padre de la menor asfixiada por su madre afirma que a su esposa le diagnosticaron un trastorno bipolar.

La pequeña Sheila ya descansa en el cementerio municipal de Alicante. Familiares, profesores de la guardería y vecinos del barrio de Los Ángeles despidieron ayer a la niña de tres años presuntamente asesinada por su madre el 16 de agosto. Al entierro acudió también la directora del Menor de la Generalitat Valenciana, Calorina Martínez, así como el delegado territorial de la Conselleria de Bienestar Social y Justicia, entidad que se ha hecho cargo del coste del sepelio debido a la falta de medios de la familia de la menor.
Un coche fúnebre trasladó en torno a las 10:30 de la mañana el pequeño ataúd de madera clara con el cuerpo de la niña desde el tanatorio de la Siempreviva hasta el cementerio municipal, en el que fue enterrada en un nicho cedido por el Ayuntamiento. El cuerpo de la menor ha permanecido durante 13 días en una cámara del Instituto de Medicina Legal de Alicante, ya que la familia asegura que no tenía medios económicos para correr con los gastos del funeral.
La pequeña falleció el pasado miércoles 16 de agosto en su domicilio de la calle José Reus García mientras dormía la siesta, momento en el que su madre aprovechó para asfixiarla, según declaró la propia asesina confesa en la Comisaría Provincial de Alicante y en el juzgado de guardia. La madre, que pudo matar a su hija después de saber que los servicios sociales iban a quitársela -algo con lo que ya había amenazado-, está en el psiquiátrico de Fontcalent como presunta autora del crimen.
El padre de la niña indicó ayer, a preguntas de este diario a su salida de los juzgados, que nunca imaginó que su mujer «fuera capaz de hacer una cosa así, matar a nuestra propia hija», y explicó que a su esposa le diagnosticaron un trastorno bipolar cuando era pequeña. Asimismo, señaló que la mujer sufría cambios de humor, pero no habló del trato que le daba a la niña. El hombre, vecino de Los Ángeles de toda la vida, quiere vivir ahora en Valencia, donde rerside su madre, «y empezar una nueva etapa con mi familia y mis tres hijos».


Fallecimientos por consumo de estramonio

El fallecimiento por consumo de estramonio –una de las sustancias que supuestamente ingirieron los jóvenes muertos en una fiesta ilegal (rave) de Getafe el pasado domingo– se puede provocar cuando se han ingerido grandes dosis de esta sustancia, según ha señalado el doctor Alberto Manuel Borobia, especialista en farmacología clínica del Hospital La Paz de Madrid.

En declaraciones a Europa Press Televisión, Borobia ha indicado que el consumo de entre 4 a 6 gramos de estramonio puede producir manifestaciones moderadas en el comportamiento, mientras que con dosis superiores —entre 40 y 60 gramos— se presentan alteraciones más importantes en el comportamiento, que pueden «acabar con el fallecimiento de la persona que lo haya ingerido«.

El doctor Borobia ha sostenido que otros factores que pueden influir en el fallecimiento son la ingesta de esta sustancia junto con alcohol y anfetaminas. Asimismo, ha insistido en que el consumo de estramonio puede alterar el sistema nervioso y modificar su comportamiento más cuando éste se ingiere con otras sustancias, «que producen por sí mismas agitación y agresividad».

Este experto ha destacado que las manifestaciones de la ingesta de estramonio pueden comenzar con taquicardias y dilatación de las pupilas, que generarían a su vez visión borrosa y dificultad al andar. En el caso de que su consumo se produzca en dosis más elevadas, ha añadido que puede provocar alucinaciones y agitación en la persona, «llegando al coma o la muerte».

El inicio del consumo del estramonio data de la Edad Media. Este experto ha agregado que, «como otras plantas», su consumo «habitualmente se produce en infusión», aunque también mediante la ingestión de las semillas». Así, ha descrito que incluso se han producido casos de intoxicaciones en niños, debido a la ingesta de los frutos que por su color rojo suelen ser «muy llamativos» para los menores.

Por último, Borobia ha explicado que en el caso de que se produzca un consumo accidental de esta sustancia se debe acudir al servicio de urgencias más próximo, donde se realizará al paciente un lavado de gástrico y será mantenido en observación entre 24 y 48 horas.

Si la ingesta se produce en dosis más elevadas de estramonio, los servicios médicos deben administrar un antídoto al paciente, produciendo su ingreso en unidades de cuidados intensivos.


La fiesta que nació en un funeral

Hartos de verse sólo en actos luctuosos, un grupo de amigos creó la romería de las Virtudes hace 23 años, que hoy mantiene su éxito inicial.

Los orígenes de la romería de las Virtudes, celebrada el penúltimo fin de semana de agosto en Ponticiella (Villayón) paradójicamente arrancaron con una despedida. La Asociación Cultural Virgen de las Virtudes nació tras un funeral por iniciativa de un grupo de amigos, hartos de verse lo mínimo y sólo en momentos luctuosos. «Nos reunimos, tras varios años, en el funeral de un amigo y allí decidimos que queríamos vernos más», cuenta Juan Suárez, conocido por los miembros como «el cerebro» y encargado del área de cultura y sociedad.

De eso hace ya 23 años, y en este largo periplo este grupo de amigos dispersos por toda la geografía llegó a congregar a 1.200 socios en torno a su asociación, pero, «la mayoría eran muy mayores y han falleciendo, además existe un problema de despoblamiento importante», apostilla Suárez.

Él, al igual que Benito Rodríguez, actual presidente de la asociación, es uno de los socios fundadores de esta hermandad. Rodríguez relata lo que para él significa esta romería: «Se trata de confraternidad, de un encuentro donde se reúnen emigrantes de todas partes». Aunque la celebración del Martes de Campo en honor a la Virgen de las Virtudes constituye un acto milenario, nada tiene que ver con esta «gran reunión» que, según explica el presidente, «creamos como ejemplo de confraternidad y unión». Y es que desde 1989 hasta hoy la romería de las Virtudes se ha convertido en una tradición para todo el concejo de la cuenca del río Navia, hasta tal punto que se han creado varios galardones en honor de algunos de los vecinos: el «Yunque de oro», la «Andulía» y el «Xardón». El primero se otorga a aquellos habitantes del concejo que realizan labores sociales destacables, y este año ha recaído sobre Francisco Sánchez, un trabajador nato que, según comenta Rodríguez, «repartía pan a caballo por todo el concejo, luego pasó a la bici, y así, hasta ahora, que posee una empresa muy fructífera».

Sólo restan la «Andulía», que se brinda a los emigrantes, y el «Xardón», que al igual que la madera de esta planta autóctona reciben los vecinos más longevos y fuertes del concejo, que en este caso tenían 85 y 83 años. Como broche, una buena y larga romería nocturna.


Morir de calor

Un hombre de 50 años se ha convertido en la primera víctima mortal por golpe de calor en la Región de Murcia, según se recoge en el Sistema de Alerta para las altas temperaturas para salud que, desde su puesta en marcha el 1 de junio de este año, ha recogido un total de 62 atenciones por golpes de calor.

En proceso de análisis y estudio se encuentra un segundo caso, el de un joven de 36 años, que falleció el pasado 14 de julio en Torre Pacheco tras ser ingresado en la Arrixaca al sufrir un golpe de calor.

Según fuentes de la Consejería de Sanidad consultadas por Europa Press, este joven fue atendido por un desmayo por un golpe de calor, pero se está estudiando si la causa de su muerte fue precisamente por ello o por otras circunstancias que hubieran derivado en ello, aunque «todo parece indicar que fue por un golpe de calor».

De momento, en el sistema de alerta tan solo se encuentra recogido el caso del varón de 50 años, fallecido durante la semana del lunes 25 de julio al lunes 1 de agosto, donde se registraron seis casos graves, por un golpe de calor asociado al consumo de tóxicos. Esto propició que la víctima, ingresada en una primera instancia en el hospital de Cieza, fuera trasladada al Hospital Morales Meseguer por la gravedad de la situación, falleciendo finalmente.


Las esquelas en la Guerra Civil

Cuando alguien muere es necesaria la ritualización de la muerte, lo que los antropólogos llaman su «domesticación cultural». Así, se practica una despedida (religiosa o laica) al difunto, se acoge al cadáver en un lugar para que allí sea visitado y honrado, y se hace lo posible para que «descanse en paz». Enterrándolo luego o incinerándolo. De esa manera los vivos sabemos que podemos proseguir con nuestras vidas, y sabemos que cuando nos toque también seremos honrados. Y así desde los orígenes de la humanidad hasta ahora. Cuando surge algún conflicto para recibir esos últimos ritos, cuando no se sabe dónde está enterrado un familiar, entonces el difunto no descansa en paz. Eso es humillarlos después de muertos.

Durante la Guerra Civil española las esquelas supusieron, de hecho, lo que suponen ahora: informar de la muerte y de los ritos, religiosos o civiles, de despedida. El certificado de defunción que da el Registro Civil es un asunto privado de la familia, las esquelas son, por el contrario, un certificado social.

Estos dos ejemplos que incluimos son, por una parte, la del empresario y escritor Luis Fernández Valdés, conocido como Ludi, y autor del magnífico libro «Un kilo de versos», «vilmente asesinado por las hordas marxistas», y, por otra, la esquela de un guardia de asalto que en Gijón fue «víctima de la aviación facciosa».

Estas esquelas de Gijón certifican que en esos casos sí se culminó el ritual, incluso en el cabo de año. Son casos cerrados, de lutos resueltos, por ambos bandos, según la ideología de cada cual. Y eso nos hace reflexionar sobre lo malo que es no hacerlo. Lo malo fue -en la posguerra, ya cuando había vencedores y vencidos- el ocultar cuerpos y pretender ocultar la historia. Lo malo fue la indignidad proyectada de unos hacia otros, y de otros hacia unos, y esa angustia familiar que duró y dura, en algunos casos, durante más de siete décadas. Los gijoneses Luis Fernández Valdés y Faustino Rodríguez Rodríguez, con ideología política diferente, descansan en paz. Otros no pueden decir lo mismo.


Nació, ‘murió’ y volvió a la vida

Una bebé que se creía que había muerto a pocos instantes de nacer se salvó de ser enterrada viva cuando comenzó a llorar en una funeraria del sureste de Brasil, informó la Policía el miércoles pasado.

La madre, de 14 años, estaba embarazada de siete meses cuando dio a luz el martes en el hospital Santa Casa de Misericordia, de Araxa, señaló la Policía en un comunicado.

Los signos vitales de la nena eran débiles y, aparentemente, falleció justo después de llegar al mundo. El cuerpo fue enviado a una funeraria, donde un empleado la preparaba para el entierro, cuando, de repente, como un milagro, la pequeña comenzó a llorar.

La niña fue devuelta al Hospital e internada en cuidados intensivos. El Hospital confirmó el incidente, pero se negó a divulgar más detalles.

¿Esta de ‘moda’?

Parece que últimamente es la moda que se den por muertas a personas y que cuando estén en la morgue o a punto de ser enterrada griten. De hecho recientemente se dio la noticia de una niña que ‘resucitó’ en Zimbaue tras certificarse su defunción y en el mes pasado salió a la luz un tema sobre un hombre de 80 años que despertó 21 horas después de estar en la morgue.


Matador de gachís

Buscando noticias sobre la temática del blog por la red me he encontrado este artículo de opinión que me ha llamado la atención y quiero compartir con vosotros:

Artículo de opinión de Jose Manuel Ponte.

Título: El matador de gachís.

Subtítulo: Sobre una sorprendente esquela publicada en un periódico canario.

Un querido colega -que domina como pocos el arte de la provocación- me remite fotocopia de una esquela aparecida en un periódico canario para ver qué se me ocurre comentar al respecto. A primera vista, el formulario responde al esquema clásico de estos avisos mortuorios, desde el ritual «Descanse en Paz» hasta la fecha y lugar del entierro y del funeral, pasando por la relación de familiares dolientes y cumplimiento de los trámites religiosos necesarios para garantizar la llegada del fallecido al más allá. Hasta aquí, todo en orden. No obstante, en el espacio reservado habitualmente para especificar el oficio que desempeñaba en vida el difunto (un ciudadano de 90 años, por cierto) se da cuenta de una ocupación poco habitual. Por lo que allí se dice, el ciudadano en cuestión había sido nada menos que «matador de gachís por la ingle».

La expresión es de una ambigüedad brutal. Si nos atenemos a la literalidad del mensaje, alguien podría deducir que el fallecido era un asesino de mujeres que se deshacía de sus víctimas apuñalándolas en esa parte del cuerpo especialmente sensible ya que allí se sitúa el paquete vascular compuesto por la vena femoral, la arteria femoral y el nervio ciático. Y todos sabemos que, una puñalada, o una cornada, en ese sitio puede ser mortal de necesidad si el cirujano no actúa rápida y diligentemente, tal y como sucedió hace un año con José Tomás en una plaza de toros mexicana. Reconocer la condición de asesino de mujeres de un difunto en una esquela parece un poco fuerte. Y avalada por una relación de familiares, que incluye a hijos, nietos y bisnietos, aún lo parece más. A salvo de lo que entienda la Policía canaria, yo me inclino a creer que la intención de los redactores de este singular texto funerario fue la de alabar, desde una perspectiva ultramachista, a un pariente al que admiraban como fornicador compulsivo. En cualquier caso, un fornicador poco hábil y que apuntaba siempre en la mala dirección porque la ingle, aunque está cerca, no es el punto exacto al que ha de dirigir el tiro un amante medianamente experimentado.

Sea lo que fuere, es una de las esquelas más ordinarias y más bastas que yo haya leído nunca. Una vida profesional larga da para coleccionar un buen repertorio de esquelas más o menos curiosas. Las de mi predilección fueron siempre las esquelas del «ABC», algunas de ellas antológicas. Los que se mueren en exclusiva para el «ABC» suelen ser personas de calidad que acumulan enormes méritos mundanos. Muchos de ellos incluyen en las esquelas su condición de «camareros», «mayordomos» o «custodios» de cofradías devotas de alguna de las mil y una vírgenes que salpican el territorio nacional. Y algunos privilegiados, aparte de recibir los santos sacramentos y la bendición apostólica, se van al otro mundo bajo el manto protector de la Madre de Dios, un honor que no está al alcance de cualquiera. En cambio, las esquelas de «El País», por llevar la contraria, suelen ser de una laicidad un tanto cursi y pretenciosa. En la parte del mundo donde resido, La Coruña, pude leer hace tiempo dos muy extravagantes. En una, a toda página, el novio de la fallecida la saludaba con el mensaje en inglés «enjoy», que equivale a «disfruta», mientras, en un lugar más discreto, el viudo se limitaba a señalar que era el «padre de sus hijas».


Las esquelas en portada

Aquel día desgraciado, 75 años ha, las esquelas salieron en la portada, quizás es que era la costumbre de la época pero, por poder, hasta pudo ser un augurio de lo que se avecinaba, de la peor, más salvaje y sangrienta carnicería que se haya conocido en esta y otras tierras y que nos trastornó y traumatizó a todos (¿a todos?) los que la sufrieron, y a los que hasta hoy hemos conocido sus consecuencias. En Baztan, puede que por olvidar, suelen decir que «aquí, apenas pasó nada», pero pasó.

Aquel 18 de julio de 1936, entre las esquelas de la portada, venía la de Calvo Sotelo, al que habían asesinado cinco días antes, y venían varias otras cosas que hoy diríamos «mosqueantes» como poco, hasta un chiste sobre si habría tiempo para tomar café, que hasta podrían ser las iniciales de ¡Camaradas, arriba Falange Española! con las que se saludaban los fascistas, y yo qué sé, vaya usted a saber. Aquí, en Baztan, había más clericalismo que política, esa es la verdad, porque el gentío andaba a otras cosas, a sobrevivir sobre todo, que no era poco.

Pero la voz corrió enseguida, ¡la guerra, ha empezado la guerra!, gritaban los primeros conocedores de la rebelión (los capuchinos del Colegio de Lekaroz, entre otros) dicen, que hasta se talaron árboles para cortar la carretera porque cualquier cosa, nada buena, se temía. El 18 de julio en Baztan transcurrió bastante desapercibido, aparte de los falangistas, que los había y bien situados algunos de ellos, en la Guardia Civil y en el mismo Ayuntamiento, pero al día siguiente, domingo, y el lunes 20 ya fue otra cosa, al llegar unos alzados desde Pamplona y empezar a amenazar y a meterse con los vecinos.

El batzoki del Partido Nacionalista Vasco estaba por entonces en la planta baja y la primera de Bergarenea, y allí colgaba la ikurriña cuando la emprendieron con un vecino que conocían nacionalista vasco, y a punta de bayoneta le obligaron a quitarla y tirarla a la calle, donde la pisotearon y quemaron los falangistas. Aquel hombre era Mariano Izeta Elizalde, el patriarca del euskera en Baztan, que él mismo me lo contó todavía con las lágrimas en los ojos que le quedaron de la rabia e impotencia del recuerdo.

Un centenar de baztandarras, concretamente 97 se cuentan, murieron en la contienda, en el frente, más los que fueron vilmente asesinados, dos al menos seguro, Francisco Mula Castro, jefe de Caminos en Oronoz, fusilado bastante probablemente en el pinar de Lanz según ha podido averiguar su hijo Ricardo, y Valeriano Ilzauspe, de Berroeta. Éste, denunciado (parece) que por Dios proveerá por decir que «nunca enviaría a su hijo a esa carnicería» y por nacionalista vasco, fusilado en la Vuelta del Castillo en 1938.

Y la represión, simplemente por pensar o creer distinto, o por no creer, por tocar el txistu y el tamboril o por hablar en vasco mismamente cuando era lo suyo, que no se sabía hablar en cristiano, en la lengua del imperior, lo que al alcalde de Almandoz le costó el cargo. Y ya después el mesianismo y todo lo demás, lo que ya se sabe. Y lo que aún no se sabe.

En el Valle de Baztan, y en el País del Bidasoa en general, las gentes de antaño solían decir que el verano duraba «de virgen a virgen», o séase, de la Virgen del Carmen (el 15 de julio) a la Asunción de Nuestra Señora, el 15 de agosto. Un mes, un mes y un verano que, por empezar, según, ya ha empezado pero no lo hemos disfrutado ni sudado todavía. Y encima, hasta la noche del sábado y ayer, agua, lo que se dice agua, tampoco ha llovido gran cosa y sobre todo en la altura de los montes se advierte enseguida.